El rojo es el color del amor y un clásico que no puede faltar en tu colección de labiales. Sin embargo, elegir el tono correcto es esencial. Para lograrlo, la primera tarea es conocer qué pigmentos predominan en tu piel. Acá te enseñamos cómo!
Lo básico para elegir el rojo ideal es determinar si tu piel es de tonalidad fría o cálida. Las personas con tendencia fría, tienen más pigmentos azules y su piel tiende a verse más rosada. En tanto las pieles cálidas poseen más pigmentos amarillos y tienen una apariencia dorada.
¿Fría o Cálida? Averígualo! Otra forma de distinguir es probando con un collar, ya que tu tono base real es el que se aprecia en la zona del cuello y el pecho. Si el dorado hace que tu piel se vea saludable, es porque eres cálida. Si por el contrario, te ves cansada o tus rasgos no lucen con el dorado y sí lo hacen con el plata es porque eres fría.
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Los rojos que van con las pieles frías son todos los que tengan pigmentos azulados o rosados, por ejemplo, los tipo frambuesa, el rojo clásico y el cereza.
Para las pieles cálidas, los rojos ideales son los que tienen base naranja, los rojo vino y con tonalidades cafés.
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